He vuelto a soñar, mis alas han abierto en vuelo,
mi voz canta con júbilo esta historia de dos.
La película ya no es en blanco y negro,
este sentimiento le otorgo guayacanes en flor.
Ya el sol no me quema, el agua no destruye mis alas.
Ya el sol no me quema, el agua no destruye mis alas.
Ya no hay espinas que corten mi aliento
y mi sangre no tiene que colorear las flores del campo.
Este ruiseñor entona gozoso una pequeña melodía de amor.
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